Reviso mis notas. No sé si es por ser madre y llevar esta vida tan de facturas y metros cuadrados que me salen historias como esta.
Una mujer se agarra al brazo de un desconocido durante un vuelo movido. Él reacciona a su miedo y le aporta firmeza, paz, un brazo fuerte por debajo de la camiseta. La mujer le ha clavado las uñas y ha llegado a creer que morirá a su lado. Después -quedan aún dos horas de vuelo- se ven obligados a hablar, désolée, susurra ella en un francés torpe, sin atreverse a mirarle entero. Están demasiado cerca y la mujer siente que el miedo que han pasado juntos les ha unido para siempre. Después iniciarán una charla lo más insustancial posible, pero ya están unidos y nada más aterrizar no podrán remediar mirarse y hacerse el amor con fuerza en un aseo del aeropuerto Charles de Gaulle.
O esta.
Firmo esta carta en el día que cumplo 33 años en mi rancho de Santa Barbara, California. Michael Jackson nunca abusó de mí. Han pasado 20 años y mentiría si digo que me arrepiento de haberle acusado. Es sólo que en los últimos años, desde su muerte quizá, he sentido la culpa como un gran pórtico de hormigón sobre mis hombros, un peso tan desproporcionado para mi pequeño cuerpo millonario que me impide respirar, relacionarme, levantarme y vestirme por las mañanas. No abusó de mí. Dormimos juntos en varias ocasiones, en Neverland y en hoteles de la costa oeste, cuando le acompañé a su gira por o cuando me llevó a conocer Alaska. Acabábamos el día tan agotados que caíamos rendidos a dormir o en alguna ocasión recuerdo como Michael llamaba al servicio de habitaciones para que nos instalaran la Play con motion controller, él siempre ganaba, yo en realidad me dejaba ganar, a Michael le encantaba, reía como un niño, era un niño. No abusó de mí. Declaré lo contrario por dinero pensando que él me perdonaría. Yo tenía 13 años y un padrastro celoso que hoy está también muerto y que nunca aceptó ser un guionista de medio pelo. Si hubiera podido explicarte papá. Esta carta es para ti también. La culpa que siento es también la de no haberte explicado. Tú eras mi padre y Michael solo mi nuevo amigo. Él era un niño. Murió justo antes de que sacaran la ps3 slim y lo que más siento es no habernos podido echar la última.
Fecho y firmo: Santa Barabará, noviembre 2015.